Iván Genes tiene 14 años y una gran sonrisa. Vive en Ricardo Brugada, uno de los barrios más antiguos y, a la vez, más peligrosos de Asunción de Paraguay. Ahí, en sus calles, la delincuencia juvenil es moneda corriente, así como la prostitución, el alcoholismo, la drogadicción y el desempleo. Pero la de él es una historia de esperanza, de sueños que se concretan.
Como muchísimos chicos de todo el mundo, a Iván lo enloquece el fútbol. Siempre soñó con probarse en un club, entrar a un estadio y ganarse la ovación de miles de hinchas. Sin un papá, con su mamá desempleada y una hermanita menor casi a su cargo, en los últimos años no le quedó otra que postergar su deseo. O mejor dicho, de convertir la esquina de Mariscal López y Charles de Gaulle en ese campo de juego que tantas veces imaginó pisar.
Ahí, entre autos que van y vienen, colectivos y gente que camina apurada, Iván empezó a ganarse unas monedas con la pelota. Haciendo jueguitos, sí. Un poco con la derecha, su pierna más hábil, otro tanto con la izquierda, trabando a la redonda entre sus rodillas y haciéndola subir hasta rebotar en su cabeza. Su talento y habilidad estaba a la vista de todos y, a la vez, de nadie.
Pero un día las cosas empezaron a cambiar. Entre tantos que se deslumbraban con su magia, le tocó el turno de parar en ese semáforo a Aníbal Coronel, periodista y conductor de Uno AM. Lo miró, lo estudió y sintió que algo debía hacer. Y así fue: luego de estacionar, agarró su teléfono celular y grabó a Iván haciendo su arte. Luego, aprovechando el rojo, se acercó y le hizo un par de preguntas.
Sonriente, Iván le contó su breve historia. Le dijo que le gustaba mucho el fútbol, que vivía en Chacarita (como le dicen al Ricardo Brugada) y le explicó que juntaba monedas "para comprarse ropa para Navidad". Emocionado, Coronel no dudó en compartir con sus seguidores de Twitter el video y la historia del chico. Y en cuestión de segundos se viralizó.
Pero faltaba más. En el video, Iván también contó que era hincha de Guaraní, uno de los clubes emblemáticos de Paraguay y el que disputa el clásico más antiguo del aquel fútbol junto con Olimpia. Fue ahí donde los dirigentes del equipo que actualmente dirige el argentino Daniel Garnero entraron en acción. Y fueron a buscar a Iván.
Sin creer que fuera cierto, ese día el chico volvió a su casa y les contó a su mamá y a su hermana que la gente del Legendario, como le dicen a Guaraní, lo habían invitado a conocer a los jugadores de Primera. Parecía un cuento, pero era verdad.
Y este miércoles llegó el gran día. Nervioso pero feliz, Iván llegó puntual al estadio Rogelio Livieres, donde se entrena y hace de local Guaraní. Y fue recibido por Juan Alberto Acosta, el presidente del club, como una celebridad. Estaba todo preparado para hacerlo vivir uno de los días más felices y, también para sorprenderlo. Es que tras la bienvenida, Iván comenzó a recibir regalos.
Primero le dieron una camiseta oficial del club. Luego, ropa de entrenamiento. Más tarde, de la mano de una firma de ropa deportiva, le acercaron un par de botines. Y más tarde, lo que más entusiasmaba a Iván: la posibilidad de bajar al campo de juego para compartir unos minutos del entrenamiento con los integrantes del plantel profesional.
En ese momento, las risas de Iván se confundían con las lágrimas de su mamá, quien lo acompañó en esa aventura. Pero faltaba más. Sí, más. Después de la foto grupal con los futbolistas y la firma de autógrafos, Iván recibiría otra noticia que lo conmovería. Regis Marques, uno de los representantes de futbolistas más conocidos de Paraguay, se puso en contacto con su familia para darle una mano.
Y luego de un breve encuentro, firmaron un contrato de asistencia para que Iván pueda probar suerte en el fútbol. ¿Dónde? "Como es hincha de Guaraní, vamos a llevarlo ahí. Pero en caso de que no se pueda por algún motivo, ya hablé para que vaya a Olimpia", el representante. Y agregó: "La única condición que le puse es que deje la calle y luche por su sueño. Yo lo voy a ayudar mensualmente. El resto depende de él".