Pocos o casi nadie se interroga o tuvo la curiosidad de preguntarse por qué existe el número siete para los días de la semana, de las 7 maravillas del mundo, de los 7 minerales y hasta el cuento infantil de “La Blanca Nieves y los siete enanitos”.
Pareciera baladía ocuparse de ellos, pero el ser humano tiene la obligación de extender su cultura hasta los últimos extremos. Es decir, por qué hay esto y por qué no esto otro.
Pero, además de requisito cultural, puede también servir como una distracción. Porque es una ocurrencia que en otras siete se producen y crean sorpresa, gracia y hasta mal agüero.
Esto último, no tiene una explicación racional ni para denostar su existe o aplaudirla. Pues, sucede que, mientras en unos casos se toma el siete como signo de mala suerte, en una mayoría es augurio de buena suerte. Igualmente qué efecto puede suscitar el texto que se ofrece en esta página.
Algo más, en lo familiar o personal, el siete, pese a que no causa mayor preocupación social o económica, se elige como un signo preferido de buenos suerte.
Cómo explicarse todas estas contradicciones que son habituales en la vida social. Por qué el siete juega un papel de tanta significación, positiva o negativa, y no sucede lo mismo con cualquier otro número. ¿Es ciertamente para interrogarse?, aunque a otro quizás ni le vaya ni le venga. Pero el siete está ahí, como elección.
La lectura de la nota que se ofrece en esta página, tal vez responda algunas preguntas, justificaciones, rechazos y hasta denostaciones. Empero, en todo caso, es de suponer que no dejará de atraer, siquiera por la curiosidad, porque, además de todo lo mencionado, el lector encontrará otras novedades más.
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